Influencers bajo fuego: la guerra en Sinaloa trasciende fronteras virtuales

La violencia en Sinaloa por disputas criminales afecta incluso a influencers, reflejando riesgos crecientes en redes sociales y narcocultura.

Redacción

12/15/20241 min read

En Sinaloa, la disputa entre facciones del crimen organizado, conocidos como Los Chapitos y Los Mayitos, ha escalado con consecuencias violentas, incluyendo el asesinato de tres creadores de contenido en un periodo reciente. Este fenómeno ha puesto en evidencia los riesgos a los que se enfrentan los influencers que producen contenido relacionado con narcocultura o que simplemente alcanzan notoriedad en redes sociales, haciéndolos blanco de represalias en una región marcada por la inseguridad.

Entre las víctimas se encuentra el caso reciente de Jesús Héctor, alias "La China", un youtuber conocido por su estilo de vida extravagante y polémico, que fue abatido a tiros en Mazatlán. Este asesinato se suma al de otros dos creadores en circunstancias similares, reflejando el peligro latente en un contexto donde la lucha por el control territorial del narcotráfico deja un saldo trágico.

La violencia generalizada en Sinaloa no se limita a estos casos, pues se reportaron 53 homicidios en una sola semana, destacando Culiacán como epicentro de los enfrentamientos. Incluso han aparecido mensajes atribuidos a estas facciones en lugares públicos, como en el hallazgo de restos humanos junto a amenazas de una de las partes involucradas.

El vínculo entre las redes sociales y la narcocultura no es nuevo, pero se está tornando más peligroso. Analistas consideran que los influencers podrían ser percibidos como una amenaza o como promotores indeseados por los grupos en disputa, lo que agrava su exposición al riesgo. Las autoridades locales han sido cuestionadas por su incapacidad para frenar la ola de violencia, mientras que el clima de inseguridad parece intensificarse.

Este panorama subraya la complejidad de las dinámicas de poder en regiones controladas por el crimen organizado, donde el impacto se extiende a esferas aparentemente ajenas, como las redes sociales y la creación de contenido. En este contexto, las vidas de los influencers y los habitantes de Sinaloa quedan atrapadas en una lucha de intereses que trasciende fronteras físicas y digitales, revelando un problema que requiere atención integral y urgente.